Sin internet ¿Cómo sigo estudiando desde casa? Desigualdad digital para la educación en México

 

 

Resumen

El objetivo de este trabajo es indagar algunos aspectos relacionados con la brecha digital (bd) en personas que asisten a la escuela. Se reflexiona, en particular, sobre las desigualdades sociales que abonan al recrudecimiento de las desigualdades digitales en la estrategia de educación a distancia en México derivada de la crisis sanitaria por Covid-19.

El confinamiento de la población como consecuencia de la pandemia por Covid-19 ha impulsado el uso de herramientas digitales para que, en la medida de lo posible, las actividades cotidianas continúen. En México, específicamente, se ha optado por una estrategia de educación a distancia para los niveles básicos; se basa en la televisión pública, por ser éste el dispositivo de mayor penetración en los hogares mexicanos. Simultáneamente, se han puesto en marcha estrategias de educación basadas en plataformas de internet. En este ámbito, el objetivo de este trabajo es comentar sobre la bd educativa1 en México frente al confinamiento.

La investigación se centró en personas de 6 a 40 años que asisten a la escuela, desde primaria hasta posgrado, analizándola según su nivel de asistencia escolar, estrato socioeconómico y entorno rural y urbano. Se exploraron tres posibles dimensiones de la bd educativa: la primera fue la disponibilidad de internet en el hogar; la segunda fue la disponibilidad de internet y televisión en hogares de alumnos del nivel básico, y por último, la proporción de alumnos que no disponen de internet y nunca han hecho uso de él. Los datos fueron obtenidos de la Encuesta Nacional de Disponibilidad y Uso de Tecnologías de Información en los Hogares (endutih) 2019, que son representativos a escala nacional y para los ámbitos rural/urbano (Inegi, 2019).

La bd involucra diferentes aspectos de las desigualdades asociadas a las tecnologías. La primera se enfocó en la disponibilidad material para acceder a ellas; aunque con la expansión de infraestructura y dispositivos esta desigualdad es menor en años recientes, en países como México la imposibilidad en el acceso continúa siendo una brecha a superar. En segundo lugar, se consideraron las desigualdades que existen entre las personas con lo digital, incluyendo habilidades, motivaciones, conocimiento, independencia para su uso y otros. Ambas dimensiones de la bd interactúan y se asocian a desigualdades socioestructurales previas (Van Dijk, 2005; Sánchez-Galvis, 2010). Así, la bd es más que solo acceso a internet: se refiere más bien a la distribución desigual entre la población en cuanto a accesibilidad, uso, habilidad y disposición de herramientas, dispositivos, servicios o productos digitales. La bd es un tipo de desigualdad que produce y reproduce otras desigualdades sociales (Hilbert,2011).

Ante el escenario de la crisis sanitaria de 2020, una buena parte de las actividades cotidianas se han realizado de manera virtual, lo que ha recrudecido la bd en ámbitos como el educativo, el sanitario y el laboral (Iivari et al., 2020; Beaunoyer, Dupere y Guittona, 2020). En el terreno educativo, algunas universidades de Estados Unidos e Inglaterra han decidido retomar actividades presenciales hasta la primavera de 2021, o bien dotar a sus estudiantes de computadoras o tabletas para continuar su aprendizaje desde casa (Aggarwal et al., 2020). En México, mientras tanto, la estrategia ha sido continuar brindando clases por la televisión pública bajo el argumento de un mayor nivel de penetración en los hogares (ver cuadro A.1 en el anexo).

Sin embargo, el internet sigue siendo una alternativa para soslayar la falta de acompañamiento del profesorado en niveles básicos. Así, la disponibilidad de internet es el primer obstáculo a superar. En el país, seis de cada diez estudiantes entre 6 y 40 años disponen de internet en su hogar. Esta proporción es sustancialmente menor en el entorno rural y en estratos socioeconómicos bajos (ver cuadro A.2 en el anexo).

En los distintos niveles de asistencia escolar, estrato socioeconómico y entorno rural/urbano, la disponibilidad es heterogénea. Para el nivel básico, uno de cada cuatro estudiantes de estrato bajo urbano dispone de internet; la proporción disminuye en el entorno rural a 15.9%.

Gráfica 1. Porcentaje de estudiantes con disponibilidad de internet en el hogar según estrato socioeconómico, nivel de asistencia escolar y entorno rural/urbano, 2019

Nota: la endutih 2019 no reporta personas en el universo de estudio en los estratos medio alto y alto en entornos rurales.
Fuente: elaboración propia con base la endutih, 2019.

Para los estratos superiores, el nivel de acceso supera al nacional en entornos urbanos, lo que indica un recrudecimiento de la bd en estudiantes de nivel básico de estratos más bajos, en los ámbitos urbanos y rurales. A su vez, los niveles medio superior y superior, muestran que su disponibilidad de internet es superior en la escala nacional, aunque siguen la misma tendencia desfavorable en los estratos más bajos (gráfica 1).

Ahora bien, la educación en el país continuará, por el momento, mediante la televisión abierta; sin embargo, se complementará con actividades en internet para el nivel básico. Frente a esta estrategia, los estudiantes de niveles socioeconómicos inferiores encaran las mayores desventajas, pues los niveles de disponibilidad de ambas tecnologías en los estratos bajos son mínimos: 13% en el ámbito rural y 21% en el urbano; asimismo, uno de cada cuatro niños de estrato bajo en áreas rurales carece de televisión e internet, mientras esta proporción es, en entornos urbanos, de 17%. Otro aspecto de la disponibilidad combinada entre televisión e internet es la gran proporción de alumnos, sobre todo en estratos bajos y medios bajos, que sólo dispone de televisión. En contraste, los alumnos de los estratos más altos disponen, en su mayoría, de ambas tecnologías (gráfica 2).

Gráfica 2. Porcentaje de estudiantes con disponibilidad de televisión y/o internet en el hogar, según estrato socioeconómico y entorno rural/urbano en niveles de educación básica, 2019

Nota: los estudiantes del grupo A disponen de televisión e internet en el hogar; los del grupo B disponen de televisión, pero no de internet; los del grupo C no disponen de televisión, pero sí de internet; y los del grupo D no disponen ni de televisión ni de internet.
Fuente: elaboración propia con base en la endutih, 2019.

Como se ha señalado, el primer obstáculo a superar en la bd es el acceso material a internet. Una vez que así ocurre, se abren múltiples desigualdades digitales, que van del poco ancho de banda a dispositivos limitados en el hogar para navegar. Sin embargo, ante las condiciones de desigualdad en el país, la primera preocupación es la facilidad de acceso. Por ende, el siguiente ejercicio es analizar las condiciones de uso de los estudiantes que no han superado la primera barrera dentro de la bd, dado que la situación para los estudiantes ante el aislamiento y el uso de internet es más preocupante.

Así, el acceso a internet puede efectuarse fuera del hogar dadas las necesidades e infraestructura escolar, laboral o de sociabilidad de las personas (Tarullo, 2020). De esta manera, se abre otra desigualdad en la bd educativa: la de aquellos estudiantes que no disponen de internet en el hogar pero son usuarios fuera de él (estudiantes-bd1) y estudiantes que no disponen de internet y nunca han sido usuarios (estudiantes-bd2). Para los estudiantes-bd1 la brecha implica acceder a internet en espacios públicos, muchas veces pagando, o bien de manera gratuita con poco ancho de banda. Mientras tanto, los estudiantes-bd2 enfrentan la problemática de no haber generado habilidades para navegar en internet, y carecer de un entorno que los acerque a él.

En cada nivel educativo las dificultades de la bd son diferentes. En el nivel básico encontramos que, en el estrato bajo, cuatro de cada 10 alumnos son estudiantes-bd1, mientras que en el estrato medio-bajo esta proporción aumenta a 60%. De nueva cuenta, el comparativo rural/urbano manifiesta la desigualdad en esta bd, ya que en el ámbito rural sólo 37% de los estudiantes son tipo bd1.

Los estudiantes-bd2 son los que, frente a la educación basada en internet, enfrentan las mayores dificultades, por carecer de acceso y no haber generado habilidades de uso previamente: 2.3 millones de estudiantes de los estratos más bajos que cursan el nivel básico en zonas rurales se encuentra en esta condición. En el entorno urbano, esa cifra es de 1.9 millones. Por otro lado, en los niveles medio superior o superior, prácticamente la totalidad de los estudiantes ha sido usuario de internet, en algún momento, aunque no disponga de él en casa, lo que indica que estudiantes tales han tenido que solventar la necesidad de las clases en línea fuera del hogar, ya sea acudiendo a cibercafés, redes públicas o en casa de algún familiar (gráfica 3).

Gráfica 3. Porcentaje y cantidad de estudiantes usuarios/no usuarios sin disponibilidad de internet en hogar según estrato socioeconómico, nivel de asistencia escolar y entorno rural/urbano, 2019

Nota: la endutih 2019 no reporta personas en el universo de estudio en los estratos medio alto y alto en entornos rurales.
Fuente: elaboración propia con base en la endutih, 2019.

Si bien la información anotada hace referencia a la situación de la bd en el ámbito educativo en 2019, el ejercicio permite vislumbrar el panorama estructural que las familias han enfrentado y seguirán enfrentando frente a la crisis asociada al Covid-19 para atender la educación vía remota. Este trabajo busca ayudar a reflexionar sobre tres elementos de desigualdad en la bd educativa para México. En primer lugar, las barreras que niños/as deben enfrentar en hogares carentes de conexión a internet, sobre todo en estratos socioeconómicos bajos y en los niveles de educación básica, acceso que es indispensable para participar en videollamadas, recepción y envío de tareas y reportes y demás.

En segundo lugar, se ha expuesto la situación desfavorable que enfrentan los estudiantes en entornos rurales y urbanos de estratos más bajos al carecer en sus hogares tanto de televisión como de internet o la desventaja que estos niños enfrentan al disponer únicamente de televisión en comparación con niños de estratos superiores que disponen de todas las tecnologías para avanzar en su educación.

En tercer lugar, están los niños más vulnerables frente a las modalidades de educación vía remota, como son aquéllos que, desde antes de la crisis sanitaria, carecían de internet en sus hogares y no eran usuarios de él en otros sitios (estudiantes bd2). En un grupo tal, la vulnerabilidad aumenta por la falta de acceso y de las habilidades digitales previas para hacer sus tareas; se trata de niños/as que de un momento a otro tuvieron que utilizar herramientas que jamás habían empleado y que carecen de los medios materiales para poder usarlas.

Finalmente, habría que indagar otros elementos vinculados a la bd educativa: un determinado hogar, tendría que tener, idealmente, el número de dispositivos para acceder a internet si hubiera más de un niño/a cursando un grado escolar diferente; el ancho de banda requerido, que muchos sólo pueden acceder mediante datos móviles, o bien, conocer las habilidades digitales de los padres. En general, la desigualdad digital es una dimensión que la crisis sanitaria ha potenciado, siendo una agenda pendiente tanto a nivel de la academia, el gobierno y la sociedad en general.

Nota

1 En este documento se entiende como bd educativa la disparidad de acceso a televisión e internet en hogares de los alumnos que asisten a algún nivel educativo. La bd en el ambiente educativo puede abarcar temas más complejos como las habilidades de los alumnos, profesorado, infraestructura tecnológica en las escuelas y otros.

Referencias

Aggarwal, N., J. Cowls, L. Floridi, J. Mokander, J. Morley, M. Taddeo, A. Tsamados, V. Wang y D. Watson (2020), “COVID-19 and the Digital Divides”, disponible en: https://www.oii.ox.ac.uk/blog/covid-19-and-the-digital-divides/, consulta: 26 de octubre, 2020.

Beaunoyer, E., S. Dupéré y M. Guittona (2020), “COVID-19 and digital inequalities: Reciprocal impacts and mitigation strategies”, Computers in Human Behavior, Núm. 111.

Hilbert, M. (2011), “The end justifies the definition: The manifold outlooks on the digital divide and their practical usefulness for policy-making”, Telecommunications Policy, Vol. 35, Núm. 8, pp. 715-736.

Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) (2019), Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (endutih) 2019, México, Disponible en https://www.inegi.org.mx/programas/dutih/2019/, consulta: 26 de octubre, 2020.

Iivari, N., S. Sharma y L. Ventä-Olkkonen (2020), “Digital transformation of everyday life. How COVID-19 pandemic transformed the basic education of the young generation and why information management research should care?”, International Journal of Information Management, Núm 55.

Sánchez-Galvis, M. (2010), “Implicaciones de Género en la Sociedad de la Información: Un Análisis desde los Determinantes de Uso de Internet en Chile y México”, Journal of Technology Management & Innovation, Vol. 5, Núm. 1, pp. 108-126.

Tarullo, R. (2020), “¿Por qué los y las jóvenes están en las redes sociales? Un análisis de sus motivaciones a partir de la teoría de usos y gratificaciones”, Revista Prisma Social, Núm. 29, Disponible en: https://revistaprismasocial.es/article/view/3558.

Van Dijk, I. (2005), The Deeping Digital Divide. Inequality in the information society, Estados Unidos, SAGE Publications.

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Alejandro Sánchez Zárate

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