Estados Unidos, Países Bajos, Brasil: ¿por qué son tan felices los mexicanos?

 

En este artículo realizo una comparación entre Brasil, los Estados Unidos (eua), México y los Países Bajos, para entender las discrepancias en los niveles de bienestar objetivo y subjetivo. En comparación con Holanda, los lazos familiares y el clima de México parecieran compensar las desventajas relacionadas con los ingresos. Sin embargo, existen otras variables de corte económico y social que ayudan a entender tales diferencias.

El bienestar consiste en dos aspectos complementarios: un componente objetivo que refleja características observables de las personas, tales como el ingreso o la educación, y un componente subjetivo que refleja percepciones como la satisfacción con la vida o el estado de ánimo. En este artículo compararé la situación económica y la felicidad —medidas objetivas y subjetivas del bienestar, respectivamente—, en cuatro países: inicialmente México y los Estados Unidos (por ser nuestro vecino el socio de comercio internacional más importante y porque su cercanía influye de manera importante en la cultura mexicana). Esta nación parece ser nuestro ejemplo a seguir, aunque haya muchos otros países que podrían servir como fuente de inspiración; ejemplo de ello es el tercer país incluido en esta comparación: los Países Bajos.1 Cómo cuarto país elegí a Brasil, un país de América Latina que se presentó como economía emergente al inicio de este siglo, pero que ha enfrentado recientemente a innumerables problemas. ¿Qué puede México aprender de estos tres países, considerando el bienestar de la población en un sentido amplio?

Bienestar objetivo

El ingreso y el trabajo son elementos importantes para vivir bien. La gráfica 1 muestra lo que todos sabemos: el producto interno bruto (pib) per cápita en los Estados Unidos y los Países Bajos es mucho más alto que en Brasil y México.2 Además, el pib es un promedio que esconde la distribución de los ingresos de la población al interior de cada país. La desigualdad de ingresos en México es mucho mayor que en Holanda, con índices de Gini3 de 0.482 y 0.286, respectivamente, en 2014.4 Si la desigualdad fuera causa de infelicidad, los holandeses deberían ser mucho más felices que quienes viven en los otros países comparados, dado que los índices de Gini en Estados Unidos (0.41) y Brasil (0.515) reflejan niveles de desigualdad cercanos o, incluso mayores, a los de México. Las quejas populares que escucho en Holanda sobre “la alta desigualdad” en el país sugieren que, para muchos, no se ha reducido lo suficiente.

Gráfica 1. pib  per cápitaa

Nota: a Producto interno bruto (pib) per cápita, en paridad de poder adquisitivo, en precios internacionales constantes en dólares de 2011.
Fuente: World Happiness Report 2019 / World Development Indicators.

En México, durante la crisis financiera mundial, la tasa armonizada de desempleo (ocde, 2019) subió de 3.5% a 5.5%, para después decrecer y llegar a 3.3% en 2018.5 En Holanda, esta tasa decreció rápidamente en los años previos a la crisis, pasando de 6% a menos de 4%, para luego crecer hasta 7.5% en 2014 —la crisis del Euro y políticas de austeridad no fueron de ninguna ayuda—. Desde entonces, el mercado laboral se recuperó y la tasa de desempleo se encuentra nuevamente por debajo de 5%. Las cifras sugieren, entonces, que la tasa de desempleo en México es más baja y más estable de lo que ha sido en Holanda durante casi todo el período analizado. Inicialmente, la tasa de desempleo en Estados Unidos ha sido similar a la de Holanda, aunque subió mucho más con la crisis financiera (hasta por encima de 9% en los años de crisis), mientras que desde 2013 se encuentra entre las tasas en México y Holanda.6

Bienestar subjetivo

Los datos económicos que se muestran en la comparación con los Estados Unidos y los Países Bajos podrían ser motivo para que los mexicanos fueran desdichados. Sin embargo, en las investigaciones sobre felicidad, México se presenta como uno de los países donde la población parece muy feliz. Y aunque la población no parece estar tan contenta como en Holanda (quinto en el más reciente World Happiness Report —Helliwell et al., 2019: Fig. 2.7—), México no está tan mal, pues aparece en el lugar 23 de un total de 156 países, no muy por debajo de los Estados Unidos (lugar 19), y bien por arriba de España (lugar 30); Brasil, en cambio, se queda en el lugar 32. La gráfica 2 muestra que en 2012 y 2013 el mexicano promedio estaba casi tan contento como el holandés promedio, y bastante por encima de la felicidad reportada tanto en Brasil como en la Unión Americana.7 Durante los dos años siguientes, sin embargo, hubo una disminución de la felicidad en la población de Brasil, Estados Unidos y, más drásticamente, en México. Entonces, aunque en los años 2006-2012 México alcanzó el nivel de felicidad de los neerlandeses, en los años más recientes ha perdido terreno. Por otra parte, es interesante notar que nuestro vecino del norte muestra una reducción en la felicidad en los años de la Gran Recesión, —en coincidencia con un aumento más fuerte en el desempleo—, sin haber recuperado nunca los niveles de felicidad previos a la crisis.

Gráfica 2. Grado de felicidada

Nota: a Respuesta promedio en una escala de 0 (la peor vida posible) a 10 (la mejor vida posible).
Fuente: World Happiness Report 2019 / Gallup World Poll.

¿Qué hay detrás la discrepancia entre el bienestar objetivo y el subjetivo?

¿Qué hace tan felices a los mexicanos? Es de sentido común que durante gran parte del año el clima en México o Brasil es más agradable que en Holanda o los Estados Unidos, y esto podría estar compensando parte de las desventajas económicas.

Un factor que claramente no está a favor de México es la inseguridad y la corrupción. La diferencia en la percepción de corrupción entre México y Holanda, luego de cierta convergencia en el periodo 2005-2013, es ahora mayor que en 2005: 80% vs. 36%.8 En 2012, la percepción de corrupción en México era menor que en Brasil y la Unión Americana, pero creció rápido en los años posteriores, y aunque lo mismo ocurrió en Brasil, México sobrepasó a ambos. Algo similar se observa con la confianza en el gobierno nacional.9 En Holanda, 66% de los encuestados indican que tienen confianza en el gobierno nacional, mientras en México ese factor se mantiene en 25%. Los Estados Unidos y Brasil son más similares a México que a Holanda; igual que para la felicidad, Holanda parece un outlier positivo. En este entorno, los tres países cambiaron sus gobiernos y votaron por un presidente con visiones radicalmente diferentes de sus respectivos predecesores.10

Entonces, ¿de dónde viene la felicidad? Es conocido que el desempleo reduce la felicidad (véase por ejemplo, Winkelmann, 2014). Sin embargo, podemos dudar que la baja tasa de desempleo oficial en México sea una razón para la felicidad. Aproximadamente la mitad de la población económicamente activa de este país trabaja en empleos informales, los cuales se definen, casi siempre, como empleos que no brindan acceso a la seguridad social; este hecho no es imaginable en Holanda, que cuenta con un seguro de desempleo y un sistema de asistencia social que evita que las familias carezcan de ingresos. Desde 1956, una pensión universal no-contributiva evita que los ancianos caigan en la pobreza, mientras que aquellos que tienen, adicionalmente, antecedentes laborales, reciben pensiones en función de sus contribuciones.11

Con las iniciativas de pensiones no-contributivas, México se está moviendo en esta dirección divergiendo de los sistemas vigentes en Estados Unidos y Brasil. Sin embargo, no se garantiza que la combinación de sistemas será suficiente para mantener una vida digna. En cuanto a servicios de salud, México se está moviendo también hacia el acceso universal con la introducción del “Seguro Popular” —aquí podría discutirse si el sistema fragmentado existente implica acceso equitativo para todos (Huffman y van Gameren 2018)—. El sistema de salud en México es muy diferente al de Holanda (véase van Gameren, 2011) o al de Brasil con su Sistema Único de Saúde. ¿Y a los habitantes los hace felices la universalidad de los programas sociales? Las experiencias de Holanda pueden sugerir que sí, pero los estadounidenses parecen más felices sin tenerla. Un detalle: los impuestos en Holanda son más altos que en los otros países revisados lo cual, sin embargo, no parece causar infelicidad, tal vez porque los servicios están alineados con los impuestos.

Entonces, de nuevo, ¿de dónde viene la felicidad de los mexicanos? A menudo se dice que los lazos familiares en México y Brasil son mucho más fuertes que en los Países Bajos y los Estados Unidos, y que eso se traduce en una fuerte percepción de felicidad. Por extraño que parezca, no vemos esto en la gráfica 3, que muestra la disponibilidad de alguien (familia o amigos) para ayudar en una emergencia. A pesar de que en Holanda y la Unión Americana las familias son más pequeñas en promedio, ¡ambos países obtienen mejores resultados que México en esa área! Sin embargo, las diferencias aquí van mucho más acordes con la felicidad que se muestra en la gráfica 2 en comparación con los otros factores mencionados; además Helliwell et al. (2019: Append.2.1 Fig.7) sugieren que el apoyo social explica una parte relativamente alta de las diferencias en felicidad entre Holanda y Estados Unidos, por un lado, y Brasil y (aunque menos claro) México por el otro. Utilizando datos de la World Values Survey, Beytía (2016) y Rojas (2018) sostienen que las relaciones interpersonales en México y en América Latina son, en general, un factor causante de felicidad, mientras la cultura y las tradiciones han sido identificadas igualmente como factores positivos relevantes. Adultos que viven con sus padres, el cuidado de niños por parte de miembros de la familia, la atención domiciliaria para ancianos por los familiares, y el objetivo de los hijos de que sus padres se sientan orgullosos, son todos factores mucho más comunes en México que en Holanda.

Gráfica 3. Apoyo sociala

Nota: a Respuesta promedio a la pregunta: “Si está en problemas, ¿tiene familiares o amigos con los que pueda contar para que lo ayuden cuando los necesite, o no?”.
Fuente: World Happiness Report 2019 / Gallup World Poll.

Conclusión

Si la medida de felicidad aquí comentada fuera la máxima medida de bienestar, podríamos concluir que México hace algo bien: la diferencia con los Países Bajos y Estados Unidos en cuanto a niveles de felicidad no es tan grande como puede sugerir el pib. Otros factores como la desigualdad, la corrupción, la confianza en los gobiernos o el acceso a la seguridad social, sugieren que el gobierno mexicano tiene muchos retos por enfrentar. Podría ser que los mexicanos estén dando una interpretación diferente a la pregunta que mide la felicidad, implicando con ello que una vida objetivamente peor no se refleja en menor felicidad. Además, hay indicios de que los lazos afectivos entre familiares son de gran ayuda cuando se vive alguna situación negativa como la corrupción, la inseguridad o la violencia; como contrapeso, el apoyo social hace sentir mejor a la gente y, por lo tanto, suele hacerla más feliz. Sin embargo, tomando en cuenta todos los aspectos revisados, solo puedo concluir que Holanda pareciera ser un país muy atractivo —aunque obviamente falta analizar una amplia gama de otras variables—.

Notas

1. El autor admite que su visión es sesgada.

2. Me abstengo de la discusión sobre lo que mide el pib (Stiglitz et al., 2010).

3. El coeficiente de Gini es una medida de la desigualdad ideada por el estadístico italiano Corrado Gini. Un valor igual a 0 indica una sociedad en donde todos tiene el mismo ingreso, mientras un valor igual a 1 indica que una sola persona se apropia todos los ingresos del país.

4. Ver la gráfica en el anexo A.1 de la versión electrónica.

5. La ocde calcula tasas de desempleo armonizadas siguiendo las mismas definiciones para todos sus miembros; véase en el anexo la gráfica A.2. Estas tasas consideran sólo un aspecto del mercado de trabajo y no toman en cuenta otras diferencias; lo utilizo dado que no hay otros indicadores más elaborados comparables entre países. Más adelante reflexiono sobre este indicador y otros aspectos como la seguridad social.

6. No hay cifras de la misma fuente para Brasil.

7. En todos los países se pidió a los encuestados valorar su vida hoy en una escala de 0 (la peor vida posible) a 10 (la mejor vida posible) conocido como Cantril’s Ladder. No hay espacio para abordar la discusión sobre los diferentes aspectos de la felicidad y la satisfacción con la vida, las diferencias culturales o el funcionamiento de nuestros pensamientos al respecto y
la interpretación de estados favorables y desfavorables (Csikszentmihalyi, 1990; Layard, 2005). Para una medición del bienestar subjetivo en México en 2014 con una perspectiva más amplia, véase los datos del “bienestar subjetivo”, o biare Ampliado (https://www.inegi.org.mx/investigacion/bienestar/ampliado/default.html).

8. Ver gráfica A.3 en el anexo electrónico.

9. Ver gráfica A.4 en el anexo en la versión electrónica.

10. Como todos saben, los holandeses no tienen un Presidente ni eligen de forma directa a su Primer Ministro. ¿Tal vez la monarquía les hace tan felices?

11. La pensión básica universal nunca se transformó en un ingreso básico universal para toda la población. Por el contrario, con el envejecimiento de la población se incrementa la edad de retiro.

Referencias

Beytía, P. (2016), “The Singularity of Latin American Patterns of Happiness”, en Rojas, M. (ed.), Handbook of Happiness Research in Latin America, Dordrecht, Springer, pp. 17-29.

Csikszentmihalyi, M. (1990), Flow: The Psychology of Optimal Experience, New York, Harper and Row.

Helliwell, J. F., R. Layard, y J.D. Sachs (eds.) (2019), World Happiness Report 2019, New York, Sustainable Development Solutions Network. Disponible en: http://worldhappiness.report/ed/2019/.

Huffman, C., y E. van Gameren (2018), “The Roll-out of a Health Insurance Program and its Impact on the Supply of Healthcare Services: A New Method to Evaluate Time-Varying Continuous Interventions”, International Journal for Equity in Health, Vol. 17, Art. 163, pp. 1-20. Disponible en: https://doi.org/10.1186/s12939-018-0874-1 .

Layard, R. (2005), Happiness. Lessons from a New Science. London: Penguin.

ocde (2019), oecd Data. Harmonised unemployment rate (hur). Disponible en: https://data.oecd.org/unemp/harmonised-unemployment-rate-hur.htm.

Rojas, M. (2018), “Happiness in Latin America Has Social Foundations”, en Hellliwell, J.F., R. Layard, y J.D. Sachs (eds.), World Happiness Report 2018, New York, Sustainable Development Solutions Network, pp. 114-145.

Stiglitz, J.E., A. Sen, J.P. Fitoussi (2010), Mismeasuring Our Lives. Why gdp Doesn’t Add Up. New York: The New Press.

van Gameren, E. (2011), “La reforma al seguro de salud en los Países Bajos y su relevancia para México”. Bienestar y Política Social, Vol. 7, Núm 1, pp. 1-23. Disponible en: http://biblioteca.ciess.org/adiss/downloads/355/ADISS2016-309.pdf .

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Edwin van Gameren

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